Se trata de contratos de seguro donde se asegura un capital y una determinada rentabilidad a un plazo fijado. Es lo que habitualmente conocemos como seguros de jubilación o planes de ahorro asegurado, que son comercializados por las compañías de seguros y las entidades financieras para así obtener un capital destinado para financiar algo en concreto, como por ejemplo la educación de un hijo, o la boda de una hija.